Vestidos para niñas: evolución de la moda infantil 0
Vestidos para niñas: evolución de la moda infantil

Vestidos para niñas ayer y hoy

El vestido es un tipo de prenda utilizada casi desde el comienzo de la humanidad. Curiosamente, en el caso de los niños, esta prenda generalmente no determinaba el género, ya que la llevaban tanto niños como niñas. Hoy en día, las estructuras de los vestidos se ven algo diferentes y los estilos y materiales actuales difieren de sus equivalentes históricos. ¡Aunque en muchos casos podemos decir que afortunadamente!

Embarquémonos, pues, en un viaje histórico por la moda infantil de antaño. Sin embargo, no retrocederemos hasta la antigüedad, sino que comenzaremos en el siglo XVIII.

Antiguos vestidos para niñas... ¡y no solo para ellas!

Moda de los siglos XVIII y XIX

En los siglos XVIII, XIX e incluso a principios del XX, el vestido infantil no estaba asignado a un género específico. Esto se debía al hecho de que durante los primeros años de vida, el niño permanecía principalmente con la madre, por lo que "pertenecía al mundo de las mujeres". Además, este tipo de camisa-vestido era una prenda práctica para el cuidado del niño, con la posibilidad de cambiarla fácilmente en caso de necesidad.

Sin embargo, cuando miras fotografías antiguas, ¿cómo puedes reconocer si en ella aparece un niño o una niña? En este caso, no debes guiarte por el estilo, sino por... los accesorios. Las niñas posaban generalmente con un ramo de flores o una muñeca, mientras que los niños sostenían en sus manos un látigo, un tambor o un sable.

Los niños se vestían así hasta los 5 años. Cuando el niño alcanzaba esa edad, se consideraba que debía empezar a comportarse y a verse más maduro. Así, la cómoda camisa-vestido era reemplazada por creaciones con golas, corsés, armazones bajo el vestido y pelucas de varios pisos. A partir de entonces, la vestimenta también determinaba el género, por lo que los vestidos quedaban solo para las niñas.

En los siglos XVIII y XIX, los niños debían verse como "pequeños adultos": con distinción y elegancia. Para los pequeños, sin embargo, esto significaba restricción de movimientos y falta de comodidad, ya que los vestidos para niñas eran rígidos, muy ajustados y marcaban claramente (e incluso a veces creaban) las formas. Las pequeñas damas llevaban un corsé bajo el vestido, y la parte inferior de varias capas se apoyaba en un armazón de acero. Los peinados eran igualmente espectaculares. A menudo eran construcciones creadas utilizando alambre y crin, que además se adornaban con plumas, cintas e incluso piedras preciosas. Con semejante conjunto, no había posibilidad de jugar libremente.

¿Y de qué colores se vestía a las niñas? En los siglos XVIII y XIX, el color asignado a este género era... ¡el azul! Hacía referencia a María, con quien las pequeñas damas debían identificarse. El rosa y el rojo, por su parte, se asociaban con la sangre de Cristo, por lo que estos tonos se utilizaban más frecuentemente para vestir a los niños. Esta tendencia no se invirtió hasta el siglo XX y en esta forma continúa básicamente hasta hoy.

Revolución del siglo XX

La moda en los vestidos para niñas comenzó a cambiar apenas en el período de entreguerras. Los rígidos corsés y los largos vestidos caían en desuso. La practicidad, la libertad y la comodidad de uso ganaban popularidad. También cada vez menos se vestía con ellos a los niños pequeños.

¿Cómo eran entonces los vestidos para niñas en el siglo XX? Eran creaciones sencillas con el llamado canesú, en colores claros con adición de delicados broches, de longitud por encima de la rodilla. Raramente contenían pufs, fruncidos o volantes: debían ser fáciles de manejar y de mantener limpios. Para que el vestido pudiera servir más tiempo, se lo protegía con un delantal en la parte delantera.

El tema principal de los vestidos para niñas, incluidas las adolescentes, era la modestia de la creación. En los años 20, los estilos con cintura baja, que además se acentuaba con un cinturón, estaban especialmente de moda. Los años 30 son un período de modelos más largos y más ajustados. Como complemento servían los cuellos desmontables. Para ocasiones especiales se podía usar un vestido más decorativo al estilo de las románticas crinolinas. Durante un tiempo, los llamados vestidos marineros también estuvieron muy de moda.

En aquel período se prestaba especial atención a los materiales con los que se confeccionaban los vestidos para niñas. Los vestidos de verano estaban cosidos más frecuentemente con tejidos como algodón o lino, mientras que en invierno se elegían los de lana. Garantizaban la adecuada transpirabilidad y el mantenimiento del calor.

Moda moderna de vestidos para niñas. ¿Qué ha cambiado?

Antiguamente, los vestidos para niñas se cosían a mano, generalmente por las madres. Actualmente, el desarrollo de la tecnología de costura y la mayor disponibilidad de materiales permiten posibilidades casi ilimitadas en la creación de estilos excepcionales para las pequeñas fashionistas. Gracias a esto, los niños pueden elegir entre muchos modelos más o menos decorados tanto para ocasiones especiales como para salidas cotidianas.

En el siglo XXI, lo que cuenta no es tanto la apariencia como la comodidad y la seguridad al llevarlos. El niño debe moverse libremente en el vestido elegido para niña, y el material y la costura no deben causar irritaciones en la piel sensible. Por eso, se siguen utilizando tejidos naturales, pero a menudo contienen también mezclas de otros materiales sintéticos. Gracias a esto, los vestidos adquieren nuevas propiedades, y la ropa es más duradera y más fácil de mantener limpia.

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